lunes, 29 de octubre de 2007

Dar la cara

En primer lugar, querría pedir disculpas por estos tres días de “silencio”. Cuestiones técnicas.

¡Ay, las cuestiones técnicas!, pensará Zapatero. Zapatero, Magdalena Álvarez, la sociedad catalana en general… La noticia de todo este fin de semana, y que colea incluso con más fuerza el lunes, sigue siendo el AVE a Barcelona y la suspensión de los Cercanías de esta ciudad. Lo curioso son los cambios que se han ido sucediendo, para que al final la situación real vaya emergiendo al exterior. Primero fueron las historias de la empresa encargada de las obras, a la cual algunos miembros del PSOE llegaron a acusar de sabotaje. Después, no sólo se desmintió este aspecto, sino que se continuó confiando en esta empresa y se buscó otras tres para potenciar y acelerar las obras. Lo más llamativo de las últimas horas ha sido la visita de Zapatero a la “zona cero”, y que ha sido interpretada de distintas maneras, como era de esperar. Lo que más me ha llamado la atención es escuchar la “importancia de dar la cara” para los políticos. Me ha parecido triste, muy triste, por lo cierto que es. Los políticos andan siempre más preocupados de “dar la cara” (o “hacerse la foto”, que significa lo mismo pero suele ser empleado por el grupo opuesto) que trabajar realmente por el pueblo. Si todos nos dedicáramos únicamente a dar la cara, el país se vendría abajo. Una que ni siquiera ha dado la cara ha sido la Ministra de Fomento, o “Ministra de Momento”, como de modo muy inteligente tituló un oyente radiofónico. Es lo que queda por ver, un político que ni siquiera dé la cara. ¿O acaso estaba trabajando mientras Zapatero se “hacía la foto”? Démosle al menos el beneficio de la duda.

Hablando de trabajo, ha habido dos personas que han cambiado el suyo en las últimas horas. Hablo de fútbol, que por su carácter social también ha de ser comentado. En primer lugar, Juande Ramos, ex-entrenador del Sevilla, decidió dejarlo todo con la temporada empezada e irse a Londres. Por supuesto, ha sido una decisión muy criticada, especialmente por su hinchada. Por mi parte, tengo que respetar la decisión, ¿o quién no tomaría su misma decisión ante un bonito reto profesional y el sueldo cuadruplicado? Pero además, la actualidad del domingo hace que mi comprensión hacia él sea más firme, ya que el entrenador del Valencia, Quique Sánchez Flores, fue destituido. Imagínense por un momento que Juande Ramos hubiera permanecido en su puesto y perdido los dos próximos partidos. Seguramente se hubiera abierto para él la misma puerta que para Quique, y se le habría cerrado la del Tottenham. En el fútbol, como en la vida, más vale pájaro en mano.

Algunas notas sobre otros temas de actualidad. En primer lugar, la beatificación de más de cuatrocientos mártires de la Guerra Civil española. También encuentro curiosas ciertas críticas de algunos grupos políticos, obviamente alejados de la Iglesia. Estos grupos deberían entender a la Iglesia como una empresa privada, y resulta curioso que critiquen sus decisiones cuando se cansan de repetir que hay que ignorarla. Por mi parte, creo que cualquier homenaje a víctimas injustas de la Historia es positivo, independientemente de su signo político. Eso sí, los muertos, muertos están, y tampoco me parece ético remover la tierra para obtener beneficios políticos.

Y el último y muy breve comentario es acerca de las elecciones argentinas. Sinceramente, no sé qué candidato o candidata habría sido mejor, pero por algunas declaraciones que he escuchado a Cristina Fernández, eventual vencedora, percibo el mismo aire populista que en otros personajes conocidos como Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa. Miedo me da, pues la demagogia es el colmo de la política. Y, en este caso, mucho me temo que los críticos, además de enemigos del pueblo, serán tildados de machistas. En ocasiones sería bueno que los políticos ni siquiera dieran la cara.

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